La filosofía de los bancos del tiempo se basa en que hay personas que ofrecen unos servicios y a cambio pueden pedir otros para resolver necesidades de la vida diaria. El tiempo se intercambia de forma recíproca y paritaria entre personas, evitando que las tareas a desarrollar sean una cobertura de trabajo barato, encubierto o remunerado. El BdT plantea que el dinero convencional no es suficiente para arreglar todos lo problemas de las sociedades.
La idea es crear un nuevo tipo de dinero para pagar a la gente por lo que se necesita hacer, valorando las contribuciones por igual y sacándole provecho a sus habilidades. La Secretaría del Banco anota los intercambios y actualiza el saldo de la cuenta de tiempo de las personas socias. Los créditos de tiempo pueden ser sacados en cualquier momento y gastados en servicios y actividades ofertadas por las demás personas usuarias.
Cada persona socia dispone de un talonario de horas que utiliza en el momento que solicita algún servicio concreto, este talón una vez cumplimentado se envía a la oficina. De igual manera, una persona que no utilice sus horas de tiempo podrá transferirlos a otra socia del Banco del Tiempo, familiar o amistad.
“Me parece una excelente iniciativa. Tiempo tenemos todas las personas.”
Alex Agra
Los detalles de todas las habilidades, necesidades y disponibilidad de las personas usuarias son almacenados en la base de datos del BdT de forma confidencial y así puede ser cubierta por la persona adecuada.
Cuanto mayor crédito de tiempo circule y cuanta más gente comparta su tiempo y sus talentos en más rica se convertirá la comunidad. Los cuidados y la cooperación pasan a ser la fuerza motriz para el cambio social. Todo el mundo tiene una oportunidad de dar y recibir.
Trascurrido un tiempo las redes informales de confianza y soporte que se generan evolucionan y actúan como una forma de red familiar extendida conectando a la gente y respetando su autonomía.
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